Son los momentos emocionantes los que cambian la vida de una persona, un día despiertas en medio de una noche con una idea que no deja de rondar tu cabeza , que te surge no sabes ni muy bien por qué y no te deja dormir. Creo que a menudo nos ha pasado a más de uno, pensar en crear algo propio y compartirlo con amigos, pero la incertidumbre y el miedo al cambio te han hecho desistir y pasar página quedándote mejor en tu zona de confort.
Esto pasa con el espíritu emprendedor, cuando vences al miedo al qué dirán, y sueltas la idea entre tus amigos y familia para conocer su opinión sobre crear una empresa te parece haber soltado la bomba de Hiroshima. Crees que sus opiniones te harán decidirte sobre tu futuro, pero no es así ya lo decidiste en aquel momento que salta la chispa y tu idea de ser emprendedor/a te desvela, te llena y sientes que “Esta sí que es la oportunidad que necesitabas.”
A menudo, los momentos de crisis o reflexión te hacen agudizar el ingenio, durante algunos años puedes haber estado trabajando para distintas empresas y sin saberlo has adquirido lo necesario para desarrollarte como profesional independiente. Es el momento, tu momento.
En el caso de las mujeres, el hándicap de la maternidad paraliza la vida profesional y a la vez es necesario hacer ese parón. En este punto de inflexión se está lista para decidir sobre el futuro, conciliar y ser emprendedor@ es posible.
Gracias a las nuevas tecnologías y a la ayuda de profesionales (como mis compañeros de la pecera) que te asesoren y apoyen, el hándicap de la maternidad se supera con más facilidad. Delegar en la digitalización lo necesario para a cambio vivir el máximo de emociones.
El placer de mirar atrás y ver lo que has conseguido con tu esfuerzo no tiene precio, tanto en el plano personal como el profesional.
Como dicen en un blog del que soy fan incondicional Clubdelasmalasmadres #YONORENUCIO #YOCONCILIO